Cuando la Administración olvida el principio de confianza legítima, se erosiona uno de los pilares fundamentales del Estado de derecho y de la actividad económica responsable. La estabilidad de las reglas tributarias no solo es un ideal, sino una necesidad básica para que las personas puedan planificar y ejecutar sus decisiones empresariales sin temor a sorpresas o virajes inesperados por parte de la autoridad fiscal.
El escenario actual muestra cómo la Sunat está dejando de lado la previsibilidad y la coherencia en sus actuaciones. Un caso, a mi juicio, emblemático de esta situación es aquel en el cual, después de haber reconocido formalmente la existencia y la validez de una operación, termina por descalificarla sin un sustento jurídico sólido. No es po