Un piso de concreto no es caridad; es salud pública con beneficios generacionales. En Guatemala, donde un millón de hogares aún descansan sobre tierra, los esfuerzos gubernamentales siguen siendo demasiado modestos y demasiado lentos para acabar con una crisis solucionable que mantiene a los niños enfermos y a las familias atrapadas.

Salud en el Suelo, No en lo Abstracto

Si quieres ver cómo la pobreza entra en el cuerpo, mira hacia abajo. Los pisos de tierra no son una elección de diseño; son un vector de enfermedades. Los parásitos prosperan. Los brotes de diarrea se vuelven rutina. La anemia infantil persiste. La Organización Panamericana de la Salud lleva tiempo cuantificando lo que el sentido común ya sabe: reemplazar la tierra con concreto reduce las infestaciones parasitarias en un

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