Tomás Escribano perdió a su hija de 26 años en la riada del 29 de octubre. Salía de trabajar, a las siete y media de la tarde. No llovía en Benetússer. Nadie la avisó. Su padre está seguro de que el agua se la llevó antes de que llegara el mensaje ES-Alert que aquel día se envió a las 20.10. Hoy no ha querido faltar a la úndécima manifestación contra el president de la Generalitat, Carlos Mazón, por la gestión de aquel suceso.
La marcha era hoy diferente. No solo por la circunstancia de celebrarse horas más tarde de que Emergencias haya enviado -esta vez con prudente adelanto- un ES-Alert que advierte de que a partir de las 4 de la madrugada existe un gran riesgo de lluvias torrenciales, sino porque la manifestación comenzaba en dos lugares alejados entre sí, la residencia de personas may