La tradición de partidos centristas moderados a izquierda y derecha que levantó el Estado del Bienestar y consolidó la paz en Europa se enfrenta a una crisis de identidad sin precedentes. La reciente cumbre de «líderes progresistas» celebrada en Londres el 29 de septiembre pasado invita a una reflexión sobre la crisis de la socialdemocracia. Contrastan los logros históricos de figuras como Willy Brandt, Helmut Schmidt, François Mitterrand o Felipe González , y la deriva radical de los últimos veinte años, que explica la pérdida de rumbo.
En el vasto teatro de la historia europea, donde las naciones se entrelazan como hilos en un tapiz de ambiciones y reconciliaciones, la socialdemocracia fue un actor principal. Así, la socialdemocracia, nacida del pulso obrero del siglo XIX, se erigió