SOFÍA, Bulgaria (AP) — Bulgaria se afana por evitar el cierre de su única refinería de petróleo antes de que las sanciones de Estados Unidos al propietario ruso entren en vigor más adelante este mes.

El Parlamento en Sofía aprobó cambios legales que otorgan autoridad estatal adicional a un administrador, designado por el gobierno, para la refinería de Burgas, propiedad de Lukoil, en la costa del mar Negro.

La medida se tomó después de que una importante firma internacional de comercio de materias primas abandonara sus planes para adquirir los activos internacionales de Lukoil, rechazando las acusaciones del gobierno de Estados Unidos de ser "un títere del Kremlin".

Lukoil anunció la venta de sus activos internacionales en respuesta a las sanciones con las que Washington quiere presionar a Rusia para que acepte un alto el fuego en su guerra contra Ucrania. La firma tiene participaciones en proyectos de petróleo y gas en 11 países, incluida la refinería de Burgas, así como gasolineras en muchos países.

Las nuevas enmiendas conceden al administrador un importante control operativo de la refinería, incluido el derecho a vender sus acciones. Los legisladores de la oposición criticaron los cambios alegando que podrían derivar en acciones legales contra Bulgaria.

“A esta persona se le otorgarán poderes tan extraordinarios que, al final, Lukoil demandará a Bulgaria, y el dinero terminará en Rusia”, dijo Ivaylo Mirchev, líder de la alianza Bulgaria Democrática.

La coalición gobernante introdujo los cambios argumentando que las sanciones de Estados Unidos, que está previsto que entren en vigor el 21 de noviembre, “llevarán efectivamente al cierre de las operaciones de la refinería debido a la negativa de todas las contrapartes a realizar pagos a las empresas propiedad de Lukoil”.

En 1999, el gigante petrolero ruso Lukoil adquirió la planta de Neftochim en el mar Negro. Es la refinería más grande de los Balcanes. Estimaciones recientes de expertos sitúan el valor del complejo en 1.300 millones de euros (1.500 millones de dólares).

La refinería Lukoil-Neftochim es la empresa más grande de Bulgaria y juega un papel significativo en la economía del país. En 2024, tuvo una facturación cercana a los 4.700 millones de euros (5.400 millones de dólares). Su red nacional de depósitos de petróleo y gasolineras, así como el suministro a barcos y aviones, le otorgan un estatus casi monopólico.

La semana pasada, Bulgaria impuso restricciones temporales a la exportación de productos petroleros, incluidos los destinados a otros miembros de la Unión Europea, para garantizar el suministro nacional ante las sanciones de la Casa Blanca al sector energético ruso. El veto afecta a exportaciones de productos petroleros, incluidos diésel y combustible de aviación.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.