Lejos de ser un grupo desorganizado, los cárteles mexicanos operan bajo una estructura jerárquica bien definida que combina disciplina militar, control territorial y redes de inteligencia local.
Desde los llamados halcones hasta los patrones, cada nivel cumple con una función específica que garantiza la permanencia y expansión de las organizaciones criminales.
De acuerdo con Jorge Rojas, comunicólogo experimentado en narco y seguridad a nivel nacional e internacional, las estructuras del crimen están organizadas de manera piramidal que permite que los grupos delictivos mantengan operaciones simultáneas en distintos estados, incluso cuando sus líderes son capturados o asesinados.
Los ojos y oídos del narco
En la base de la pirámide se encuentran los halcones , encargados de vigilar

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