ALEXANDRIA, Virginia, EE.UU. (AP) — El proceso jurídico contra James Comey enfrentó otro obstáculo el miércoles, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos se topó con crecientes cuestionamientos sobre cómo se presentó el caso del exdirector del FBI ante un jurado investigador para la acusación formal.
El acontecimiento podría poner aún más en riesgo un proceso altamente politizado y que ya está sujeto a varias impugnaciones y exigencias para que sea sobreseído. Surgió durante una audiencia en que los abogados de Comey le pidieron al juez federal de distrito Michael Nachmanoff que desestimara el caso, alegando que el gobierno actuaba con ánimo vengativo, mientras sigue pendiente una impugnación contra Lindsey Halligan, la inexperta fiscal que fue nombrada apresuradamente y aseguró la acusación formal.
El reconocimiento por parte del Departamento de Justicia —durante el interrogatorio de un juez— de que el jurado investigador en pleno no revisó una copia de la acusación final es el indicio más reciente de la aparente falta de coordinación en la investigación penal contra uno de los adversarios políticos del presidente Donald Trump. El mandatario despidió a Comey en mayo de 2017 mientras supervisaba una investigación del FBI sobre posibles vínculos entre Rusia y el equipo de campaña de Trump en 2016. Desde entonces ambos han mantenido una disputa pública, en la que el mandatario ha declarado que Comey es “un cobarde débil y mentiroso” y ha pedido su enjuiciamiento.
Las preocupaciones sobre el proceso jurídico surgieron previamente en la semana, cuando un juez diferente en el caso planteó cuestionamientos sobre lo que, en su opinión, eran “profundos errores en la investigación”, incluidas declaraciones erróneas sobre la ley al jurado investigador. El Departamento de Justicia niega que el proceso estuviera viciado por irregularidades.
En un principio, Halligan le pidió al jurado investigador que presentara una acusación formal de tres cargos contra Comey. Pero cuando los miembros del jurado rechazaron uno de los cargos propuestos, el Departamento de Justicia obtuvo posteriormente una segunda acusación de dos cargos donde se acusaba a Comey de hacer una declaración falsa y obstruir al Congreso. Comey se ha declarado inocente y ha negado haber cometido algún delito.
En un fallo contundente emitido el lunes, el juez federal de primera instancia William Fitzpatrick, que también maneja partes del caso, indicó que, tras haber revisado una transcripción de los procedimientos del jurado investigador, tenía dudas sobre si el jurado completo había revisado la acusación final de dos cargos que se presentó.
Nachmanoff, el juez del juicio, presionó al Departamento de Justicia sobre las preocupaciones de Fitzpatrick durante una sesión en la corte el miércoles, la cual se centró principalmente en los argumentos de Comey de que es blanco de una venganza. Después de conferenciar en privado con Halligan, Tyler Lemons, uno de los fiscales, reconoció que la acusación revisada no se mostró a todos los miembros del jurado investigador.
“No estuve allí, pero eso es lo que yo sé, su señoría”, le dijo Lemons al juez.
Nachmanoff convocó a Halligan al estrado y le preguntó quién estaba en la sala del tribunal cuando se presentó la acusación final a un magistrado. Ella respondió que allí sólo había dos miembros del jurado investigador, incluido el presidente del mismo.
El abogado de Comey, Michael Dreeben, indicó que el hecho de que el gobierno no haya presentado la imputación final al jurado completo es motivo para desestimar el caso. También argumentó que el plazo de prescripción para los delitos imputados ha expirado en ausencia de una acusación formal válida.
“Eso equivaldría a impedir cualquier otro procesamiento en este caso”, señaló Dreeben.
Nachmanoff no emitió una decisión por el momento, alegando que “los temas son demasiado importantes y complejos” para que él emitiera un fallo desde el estrado.
El Departamento de Justicia desestimó la importancia de la revelación en un par de documentos presentados el miércoles por la noche, diciendo que los dos cargos en la acusación formal final eran idénticos a los dos cargos que el jurado investigador aprobó cuando se le presentó la acusación propuesta.
“Dado que al jurado investigador le fueron presentados los dos cargos sobre los cuales votó para emitir una acusación formal y, de hecho, votó sobre esos cargos”, señalaron los fiscales, no es necesario desestimar el caso.
Por separado, Dreeben argumentó que el proceso jurídico fue indebidamente vengativo y tiene sus raíces en que Trump intenta aplicar represalias, circunstancias que requieren que sea desestimado.
“El uso por parte del presidente del Departamento de Justicia para iniciar un proceso penal contra un crítico abierto y destacado con el fin de castigar y disuadir a aquellos que hablen en su contra viola la Constitución”, argumentó Dreeben.
Aunque las mociones que alegan un proceso basado en la venganza no suelen tener éxito, los abogados de Comey han presentado una larga lista de ataques verbales de Trump con la esperanza de establecer que el caso se deriva del resentimiento personal del presidente.
Trump amplificó la exigencia que ha hecho desde hace tiempo de que se enjuicie a Comey con una publicación hecha en septiembre en redes sociales, en la que se quejaba ante la secretaria de Justicia, Pam Bondi, sobre la falta de acción contra sus oponentes políticos. “No podemos retrasarnos más, está matando nuestra reputación”, escribió Trump, y agregó que "¡se debe hacer justicia ahora!”.
“Si esto no es una orden para enjuiciar”, observó Dreeben en la corte, “realmente no sabría decir qué es”.
La noche de esa publicación, Trump indicó que nombraría a Halligan —una asistente de la Casa Blanca sin experiencia previa en enjuiciamientos— para que fuese la fiscal federal del distrito oriental Virginia, de manera interina. Ella reemplazó a un fiscal veterano que, en los hechos, fue obligado a dejar el cargo después de no acusar a Comey ni a otra adversaria de Trump, Letitia James, la fiscal general de Nueva York.
Días después Halligan obtuvo una acusación contra Comey, en un momento en que el plazo de prescripción del caso estaba a punto de expirar. Los cargos están relacionados con un testimonio bajo juramento sobre si Comey había autorizado a un colega del FBI para que fuese una fuente anónima ante los medios de comunicación.
Cuando Nachmanoff le preguntó si consideraba que Halligan era un “caballo de Troya” o “títere” del gobierno, Dreeben se mostró evasivo y optó por no usar esa caracterización. Pero sí señaló: “ella hizo lo que se le dijo que hiciera”.
Los presidentes, expresó Dreeben, tienen otras herramientas a su disposición para castigar a los críticos, pero usar todo el peso del Departamento de Justicia es inadmisible.
“El gobierno no puede usar el poder de los procesos penales para intentar silenciar a un crítico, en violación de la Primera Enmienda” constitucional, señaló.
Lemons, el fiscal del Departamento de Justicia, insistió en que Comey fue acusado formalmente por un jurado investigador “debidamente constituido” porque violó la ley, no porque Trump lo ordenara.
“El acusado no está siendo juzgado por nada de lo que dijo sobre el presidente”, apuntó Lemons.
Lemons señaló que nadie le ordenó a Halligan que enjuiciara a Comey ni que buscara que fuese acusado formalmente.
“Fue su decisión y sólo su decisión”, agregó.
Pero Nachmanoff señaló que Trump nombró a Halligan apenas días antes de que ella presentara el caso de Comey al jurado investigador.
”¿Qué evaluación independiente podría haber hecho ella en ese período de tiempo?”, le preguntó a Lemons.
Nachmanoff también le preguntó si ha visto un “memo de declinación” en el que los fiscales hayan esbozado razones para no intentar obtener una acusación contra Comey. Lemons indicó que el departamento le había ordenado no revelar esa información “privilegiada”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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