En el fascinante mundo donde el fútbol se encuentra con la política, dos nombres brillan con luz propia: Gianni Infantino y Donald Trump. Ambos comparten algo más que la tendencia a las corbatas llamativas y los discursos grandilocuentes: una clara vocación por el ejercicio unilateral del poder, según lo ha dado a entender la FIFApro.

Por Lux Fer

La última batalla entre la FIFPro, el sindicato de los jugadores profesionales, y la FIFA no es solo una disputa sindical más. Es el espejo perfecto de lo que sucede cuando los egos inflados chocan contra la realidad democrática.

Sergio Marchi, presidente del sindicato mundial de futbolistas, ha tenido la osadía de llamar «autócrata» a Infantino, término que seguramente el suizo recibirá como un cumplido, considerando la admiración mutua que pa

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