La discusión del presupuesto general de la nación para 2026 se encuentra en una semana crucial en el Congreso de la República de Colombia. El Gobierno nacional enfrenta dificultades para asegurar las mayorías necesarias en las comisiones económicas, lo que complica la aprobación del monto de 557 billones de pesos propuesto por el ministro de Hacienda, Germán Ávila.

El panorama es crítico, y se anticipa que el Legislativo podría rechazar la cifra presentada, lo que podría generar nuevas tensiones entre las ramas del poder público. Esta situación recuerda a las discordias de finales de 2025, cuando el presidente promulgó un presupuesto desfinanciado por decreto.

Los legisladores han expresado su descontento, señalando que el monto propuesto está nuevamente desfinanciado, ya que se basa en ingresos no garantizados. Para cubrir el déficit, se prevé la necesidad de una nueva reforma tributaria o una ley de financiamiento. El Gobierno planea presentar una reforma tributaria de 26 billones de pesos, la más alta de esta administración y de la historia reciente del país. La reforma anterior buscaba recaudar 19,7 billones de pesos, mientras que la del gobierno anterior aspiraba a 15,2 billones.

La senadora Angélica Lozano criticó la situación, afirmando: "El presidente Petro va a presentar una reforma tributaria por 26 billones de pesos, la más alta de la historia, para financiar un presupuesto inflado que no se va a cumplir. Es decir, cuentas alegres".

El proyecto de presupuesto, actualmente en manos de las comisiones económicas, indica que se espera un recaudo de 317 billones de pesos, lo que deja un faltante de 240 billones. Para cubrir esta brecha, se requerirían préstamos internacionales y la implementación de nuevos impuestos. Lozano también advirtió que el presidente está dejando una "bomba de tiempo" para su sucesor al no congelar el presupuesto en un rango más manejable.

La reticencia hacia el presupuesto es palpable en las comisiones económicas. El Gobierno convocó a una reunión con los congresistas para discutir el proyecto, pero no todos asistieron, incluyendo al senador Efraín Cepeda, quien ha sido clave en el rechazo de presupuestos anteriores. Cepeda cuestionó: "¿A quién está pensando gravar el Gobierno con una nueva reforma tributaria? ¿Qué congresista se va a inmolar grabando a quién?".

Con elecciones nacionales a la vista, el apoyo a un presupuesto desfinanciado que implica una nueva reforma tributaria no es atractivo para los congresistas que buscan mantener su popularidad. El presidente del Senado, Lidio García, comentó que "los ánimos están bastante caldeados" y que la confrontación ideológica y presupuestal es inminente.

El Ejecutivo tiene hasta el 15 de septiembre para que las comisiones económicas conjuntas aprueben el monto en primer debate, y la aprobación final debe realizarse antes del 25 de septiembre, antes de que el articulado pase a las plenarias.