“Conducción derrotada, conducción que se va a su casa”. Así se expreso Antonio Tróccoli, ministro del Interior, cuando en septiembre del 87, el radicalismo de Raúl Alfonsín perdió en la provincia de Buenos Aires contra el candidato peronista Antonio Cafiero. Y se fue a su casa Tróccoli con la declaración bajo el brazo, le abrió la puerta para que lo sucediera en el cargo a Enrique Coti Nosiglia. Fecha nefasta para el partido: fue un 6 de septiembre, aniversario del golpe del general José Félix Uriburu que derroco a Hipólito Yrigoyen en 1930. En la elección del domingo pasado, al menos para el Gobierno de Javier Milei, no hubo necesidad de que nadie partiera al domicilio particular luego del cataclismo de la derrota: estaba vacante el Ministerio del Interior. En pocas horas se resolvió ese
Javier Milei ante la mano tendida y los intereses en común de Axel Kicillof

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