Impopular, con alta desaprobación a su gestión (66% a comienzos de este septiembre), una economía que no despega y amago de división en su partido laborista (tanto por desacuerdos con sus políticas como por la disidencia que busca abrirle su antecesor Jeremy Corbyn), el primer ministro británico, Keir Starmer busca aprovechar al máximo la visita del presidente Donald Trump, primer mandatario de Estados Unidos en realizar dos viajes oficiales a ese país.
Salvas de cañón, procesión en carruaje, ceremonia militar, revista aérea y recibimiento por los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, y los reyes, Carlos III y Camila cuando bajaron el helicóptero que los transportó de Londres al castillo de Windsor, marcaron el inicio de la visita de Trump y su esposa Melania a territorio inglés, que