El inesperado resurgimiento de la ola violeta tuvo detrás dos sentimientos encontrados. La Libertad Avanza alcanzó 40% de los votos gracias a una combinación de miedo y esperanza. La magnitud que alcanzó el resultado lo explica, en buena medida, el cansancio de una sociedad que ya no quiere despertar el lunes posterior a la elección con el dólar por las nubes. Los argentinos ya conocen esa sensación de vértigo sin fin, propia de los precipicios que cava la política cuando pierde su norte. Y aunque la opción libertaria que tenían a mano no fuese su favorita, prefirieron votarla con tal de dejar atrás el riesgo a potenciar una crisis .

Con su imagen como estandarte electoral en todo el territorio (única forma de sostener a candidatos novatos), Javier Milei pudo capitalizar en la

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