Los centros de salud con certificación federal en Connecticut enfrentan incertidumbre sobre si podrán seguir atendiendo a residentes indocumentados —una base clave de pacientes— tras una reciente medida del gobierno de Donald J. Trump para revertir una política de décadas de antigüedad que otorgaba a las personas sin estatus legal permanente acceso a ciertos beneficios federales, incluyendo atención en centros de salud comunitarios, programas de salud conductual y Head Start.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. anunció la semana pasada que prohibiría a los residentes indocumentados acceder a programas federales financiados con fondos públicos. Entre las más de una docena de iniciativas afectadas se encuentra el Programa de Centros de Salud, que financia a proveedores d

See Full Page