El equipo económico ha relanzado el "Plan Aspiradora" con una nueva licitación que ha permitido absorber $3,8 billones de pesos del mercado. Esta operación se realizó fuera de cronograma y busca retirar pesos que, según el gobierno, sobraban. La preocupación surgió tras la renovación del 61% de los vencimientos de la semana pasada, lo que liberó cerca de $5,5 billones de pesos.

Pablo Quirno, secretario de Finanzas, afirmó: "No creemos que estos pesos se vayan a usar para dar crédito. Por lo tanto, como no responde a un aumento de la demanda, vamos a hacer todo lo que está a nuestro alcance para quitarlos del mercado". La licitación incluyó un bono en pesos ajustado por TAMAR, logrando retirar una buena proporción de los pesos que el Tesoro debía pagar.

Además, el plan incluye un aumento de encajes para los depósitos bancarios, lo que significa que los bancos tendrán menos liquidez para prestar en los próximos meses. Esta escasez de pesos ha llevado a un aumento de tasas de interés, con el objetivo de evitar que sobren pesos y así controlar la presión hacia la dolarización, especialmente en un año electoral.

Luis Caputo, ministro de Economía, sostiene que un buen resultado electoral podría calmar a los inversores y reducir la tendencia a dolarizarse. El gobierno busca llegar a las elecciones con el tipo de cambio bajo control y mantener la inflación en niveles bajos. Las proyecciones para agosto indican que la inflación se situará entre el 2% y el 2,2%.

El tipo de cambio ha mostrado una caída significativa, pasando de $1.380 a $1.315 en las últimas dos semanas. Este enfoque monetario es opuesto a las políticas de Alberto Fernández en elecciones anteriores, donde se implementaron planes de emisión monetaria que llevaron a un aumento del tipo de cambio y a una aceleración inflacionaria.

La gran incógnita es cuánto tiempo se mantendrá esta restricción de pesos. La nueva licitación del Tesoro y el ajuste de 5 puntos en los encajes bancarios son parte de esta estrategia. El gobierno espera que las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre resulten favorables, aunque existe la posibilidad de que la coalición LLA-PRO no obtenga una diferencia significativa. En tal caso, la incertidumbre podría persistir hasta el 26 de octubre, cuando se consolidaría la presencia del Gobierno en el Congreso.