En un pueblo zapoteco en lo alto de la Sierra Norte de Oaxaca, ejecutivos de una marca deportiva global se encontraron cara a cara con artesanos cuyo oficio había desatado una polémica internacional. Adidas llegó a disculparse por una sandalia que imitaba los huaraches indígenas—y dejó tras de sí un debate mayor sobre restitución, crédito cultural y el futuro de las economías tradicionales desde México hasta los Andes.

Un pueblo, una marca y una línea cruzada

Bajo un techo de lámina en Villa Hidalgo Yalálag, representantes de Adidas se reunieron con los creadores cuyo patrimonio había sido tomado prestado. La “Oaxaca Slip-On”—una sandalia negra y estilizada lanzada con el diseñador mexicoamericano Willy Chavarría—repetía los patrones tejidos en cuero de los huaraches tradicionales, un di

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