Hay una condición en el plan de paz para Gaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que, más allá de la liberación de los rehenes, supone la aceptación de la derrota por parte de los terroristas de Hamás y su apartamiento como actor político activo en la región. Si esta condición no se cumple, es decir, la salida del territorio y exilio de los jefes más caracterizados de la organización islamista sólo cabe aspirar a una tregua en función del tiempo que tarde Hamás y el resto de los grupos de la yihad islámica en recomponer sus estructuras de mando y reponer los arsenales. Hay una alternativa, que es la implicación directa de fuerzas militares occidentales y árabes en el control de la seguridad interna de la Franja, pero que supondría por parte de los gobiernos de la Unión Europea

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