Entre críticas, que sabe esquivar y no se deja presionar, una migrante latina cuenta en Estados Unidos su experiencia como compradora de casas prefabricadas “made in” China .

“La persona que la está alquilando es un hombre solo y está feliz en su casita hermosa”.

Esa es una de las tantas respuestas que ofrece Mailin -en redes se hace llamar Mai Algarete, y residenciada en territorio estadounidense.

La migrante ha adquirido dos viviendas prefabricadas y las mandó a traer desde China, cuentan en La Nación.

Cada casa, de 70 metros cuadrados, le costó 15 mil 600 dólares. “Hay más baratas”, manifiesta.

Traerlas de China a un puerto de Estados Unidos costó 10 mil 200 dólares y por concepto aranceles canceló 9.900 dólares.

Una casa tiene 2 cuartos, dos baños y clóset. La otra dispone

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