La exministra Betssy Chávez se encuentra en su cuarto día de huelga de hambre seca en el penal Anexo de Mujeres de Chorrillos. Esta medida fue reanudada el 22 de agosto, tras un breve cese de 48 horas, debido a que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) no accedió a su solicitud de traslado a otro centro penitenciario. Chávez ha expresado que su vida corre peligro por presuntas amenazas dentro del penal.

Desde el inicio de su protesta, ha acumulado más de dos semanas de huelga, comenzando con 12 días de huelga de hambre. Sin embargo, tras una tregua solicitada por sus familiares y abogados, decidió reiniciar la huelga en su forma más extrema, negándose a consumir tanto alimentos como líquidos. El INPE ha informado que Chávez ha rechazado atención médica en dos ocasiones, a pesar de las advertencias sobre los riesgos que enfrenta su salud.

El doctor Marco Almerí, especialista en salud pública, ha alertado sobre las graves consecuencias de la huelga de hambre seca. Según él, "la huelga seca es la más radical y peligrosa de todas las huelgas de hambre". Durante los primeros días, los síntomas incluyen sed intensa, mareos y dolor de cabeza. Sin embargo, a partir del tercer día, la situación se agrava, presentando deshidratación severa y daño renal agudo.

Almerí explicó que entre el quinto y sexto día, el sistema cardiovascular puede colapsar, lo que podría llevar a fallas en órganos vitales. "El riesgo de muerte se vuelve inminente a partir del séptimo día", advirtió. Este tipo de protestas ha tenido antecedentes trágicos en otros países, donde prisioneros han fallecido tras huelgas de hambre seca.

Chávez ha denunciado que ha sido víctima de amenazas y ha solicitado garantías para su integridad. Su abogado, Raúl Noblecilla, ha enfatizado que si algo le sucede, la responsabilidad recaerá en el gobierno actual. La Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de Prevención del Delito han sido notificadas para evaluar una posible intervención en su caso, aunque el INPE sostiene que no hay pruebas de amenazas hacia ella.

La situación de Betssy Chávez es crítica y su salud se encuentra en grave riesgo. La comunidad internacional y las autoridades están atentas a su estado, mientras se espera una respuesta a sus reclamos desde el penal.