Esta semana los días 1 y 2 de octubre se ha celebrado en Copenhague, la capital de Dinamarca, una cumbre de naciones europeas a su vez miembros de la OTAN acerca de la seguridad y defensa necesaria para protegerse de una eventual agresión por parte de Rusia. La Cumbre se ha convertido en un debate entre la amenaza que a juicio de diversos países representa la violación de sus fronteras por drones que consideran de procedencia rusa y el veto del presidente húngaro Viktor Orban a esas iniciativas. La PM danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, ha sido especialmente beligerante por la invasión de drones sobre instalaciones estratégicas de su país que considera una amenaza “híbrida” de Putin. Junto a ella, Polonia y la República Báltica de Estonia destacan por la intensidad de las amenaza

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