En Los Ángeles, una inmigrante colombiana fue detenida por agentes federales enmascarados mientras transmitía en vivo. Este incidente es parte de una serie de arrestos migratorios que han aumentado en todo Estados Unidos. En San Bernardino, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) destrozaron la ventana de un vehículo y dispararon cuando los ocupantes intentaron escapar. En Washington, un video muestra a agentes enmascarados forcejeando con un hombre antes de usar una descarga eléctrica para someterlo, mientras los testigos abucheaban.
Estos arrestos, que se han vuelto más notorios desde el inicio del segundo mandato de Trump, son percibidos por muchos como secuestros a plena luz del día. Expertos en seguridad han señalado que el uso de la fuerza por parte de los agentes federales no es diferente de las tácticas policiales comunes. Thaddeus Johnson, exagente de seguridad, comentó: "La labor policial puede ser un trabajo bastante feo, pero seguirá siendo profesional".
La secretaria adjunta del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, defendió a los agentes de ICE, afirmando que "los valientes agentes del ICE arriesgan sus vidas todos los días para mantener a salvo a nuestras comunidades de lo peor de lo peor en materia criminal". Sin embargo, la represión ha generado un clima de miedo en las comunidades inmigrantes, llevando a muchas familias a vivir en la clandestinidad.
Johnson explicó que el objetivo de estas tácticas es claro: "No nos importa la devastación que genere, nuestro objetivo principal es asegurarnos de que solo tengamos ciudadanos documentados en nuestro país". Los arrestos se realizan en espacios públicos y con identidades ocultas, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la legitimidad de las acciones de los agentes. Todd Lyons, director interino de ICE, justificó el uso de máscaras para proteger a los agentes y sus familias de posibles represalias.
No existe una política federal que regule cuándo los agentes deben cubrirse el rostro. Históricamente, esto se hacía solo en operaciones encubiertas. Sin embargo, el DHS ha informado de un aumento significativo en las agresiones contra los agentes de ICE este año. Los arrestos han sido más visibles y ocurren durante el día, especialmente en áreas con políticas de "ciudades santuario". En estos lugares, el 70% de los arrestos de ICE se realizan en la comunidad, en contraste con el 59% en estados republicanos, donde los arrestos suelen ocurrir en prisiones.
John Sandweg, exdirector interino de ICE, advirtió sobre los peligros de realizar arrestos sin una identificación clara. "El riesgo es realmente obvio. Estás ahí sentado y de repente un grupo de hombres enmascarados sale corriendo y agarra a alguien en la calle", dijo. Esta falta de identificación puede llevar a malentendidos y a que transeúntes bien intencionados intenten intervenir, creyendo que están presenciando un secuestro. La desconfianza hacia las autoridades se ha intensificado, especialmente en comunidades que ya enfrentan tensiones con la policía.